¿Qué haces tú leyendo este diario y qué hago yo escribiéndolo? ¿Qué
hacemos aquí? No es una pregunta sin importancia. Para algunas personas —quizá
muchas—, todo esto es inútil, tiempo perdido. Tengámoslo presente. No hace
falta que respondamos con obviedades a la pregunta que hemos hecho. Ni con
obviedades ni con mentiras. Quizá estemos buscando algo, aunque el objetivo
hacia el que avanzamos es extremadamente difuso.
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